Desarrolla el Hábito
Siempre es más fácil mantener la inercia que cambiarla, al principio es más difícil ir al gimnasio, pero ya pasado un tiempo te encuentras raro si no vas. Desarrollar un hábito es todo un proceso en sí mismo que veremos en más detalle, pero en mi experiencia para desarrollar el hábito específico de ir al gimnasio hay un elemento clave : ir.
Preséntate Allí
La mitad del esfuerzo es hacer acto de presencia. ¿No te ha pasado que alguna vez has ido al gimnasio (o a alguna otra actividad) sin tener muchas ganas y cuando has llegado te has puesto la ropa de deporte, has visto a la gente ya haciendo ejercicio, y te has motivado más? Sólo por el hecho de ir ya tienes la mitad de la motivación ganada, y la mitad del hábito creado.
Preparación Previa
En casi cualquier actividad, una buena preparación nos ayuda a sistematizar el proceso y evitar el cancelar a última hora.
Determina antes de nada cuándo vas a ir al gimnasio: cuántas veces por semana y en qué horario. Acerca de ir mucho: no siempre es mejor ir más. Yo voy 2-3 veces por semana y es más que suficiente para notar progresos considerables (hago ejercicio paleo funcional a través el sistema del “Cuerpo de 4 horas” de Tim Ferris), ir más no me haría progresar más rápido, de hecho sería contraproducente ya que no le daría tiempo al cuerpo de descansar y recuperarse.
Elige en qué horario vas a ir al gimnasio: cada uno tiene sus pros y sus contras. Básicamente si trabajas en un horario normal de oficina tienes tres opciones para ir al gimnasio: a primera hora de la mañana, a la hora de comer, y por la tarde.
Para cada uno de ellos tendrás unas dificultades de motivación distintas, veamos estas tres alternativas:
* A primera hora de la mañana llegas al gimnasio más fresco y descansado, y te pone las pilas para el resto del día. La desventaja es que te tienes que levantar más temprano, cosa para la que no siempre tenemos la suficiente motivación. Si trasnochamos, aunque sea un poco, el día anterior, seguramente nos saltaremos el gimnasio.
* A la hora de comer tiene la ventaja de que no te pegas el madrugón ni estás tan cansado como al salir del trabajo , las desventajas son que tienes menos tiempo para hacer tu sesión (aunque si haces ejercicio paleo funcional no necesitas tampoco sesiones muy largas), y que normalmente apetece más irse a comer con los compañeros que ir al gimnasio; por otro lado tienes que encontrar un hueco aparte para picar algo, si no estarás muerto de hambre.
* Por la tarde tiene la ventaja de que ya hemos terminado nuestra jornada laboral y podemos concentrarnos en hacer otras actividades. Las desventajas suelen ser: que dependiendo de tu empleo, es posible que no siempre salgas a la hora a la que deberías salir, si te toca hacer horas extras es más fácil que te saltes el gimnasio; también estarás más cansado con lo que tendrás más ganas de irte a casa a descansar; y puede que tengas otras cosas importantes que hacer por la tarde, que releguen el gimnasio a un segundo plano.
No tengas problema en cambiar tu horario si estás más motivado a otras horas. Por ejemplo yo antes intentaba ir por las mañanas y me costaba mucho esfuerzo porque me gusta trasnochar. Ahora voy al mediodía y me cuesta mucha menos fuerza de voluntad porque pienso que en lugar de echar una hora y media en comer en un restaurante, aprovecho mucho mejor el tiempo picando algo rápido y yendo al gimnasio.
Plan B: es útil tener un plan alternativo por si por alguna razón no puedes ir al gimnasio cuando estaba previsto: puede ser salir a correr, a montar en bici, a patinar, hacer ejercicio en casa, etc.
Prepara el material del gimnasio con antelación: si tienes que preparar la bolsa del gimnasio por la mañana cuando vas con prisas para ir a trabajar, al final la mitad de los días no lo harás o se te olvidarán cosas. Una opción es preparar el material del gimnasio la noche antes. En mi caso utilizo una bolsa grande que preparo tranquilamente el fin de semana con todo el material para una semana de gimnasio (2-3 sesiones) y luego la dejo en el maletero del coche y ya no me preocupo más.
Visualizaciones:
La visualización es una técnica muy útil para motivarnos a conseguir nuestros objetivos. Consiste simplemente en hacernos una imagen mental de nuestro objetivo ya conseguido.
Para el caso del gimnasio lo que haremos será imaginarnos cómo nos veremos una vez que hayamos conseguido nuestro objetivo en el gimnasio, bien sea bajar de peso, bien desarrollar tono muscular.
Si para ti no es fácil visualizar cómo estarás cuando hayas logrado tus objetivos de forma física, aquí tienes un par de trucos:
¡Chicos! Para visualizar cómo nos veríamos con un buen tono muscular, una opción es buscar por internet fotos de algún actor famoso que esté cachitas y al que nos parezcamos en complexión, tono de piel, etc, para intentar hacernos una idea de cómo quedaríamos nosotros con un cuerpazo. Aquí tenéis algunos ejemplos de actores famosos con un cuerpo enormemente trabajado:
¡Chicas! Si lo que queréis es veros delgadas y esbeltas, tenéis además, la opción de utilizar aplicaciones como ésta:
Introducimos una foto nuestra y ajustamos el peso a nuestro objetivo: la herramienta te hace un photoshop en tiempo real y te muestra cómo te verías con unos kilitos de menos.
Otra técnica es visualizar un feedback positivo. Si ya llevas un tiempo yendo al gimnasio y has mejorado tu forma física, es posible que otras personas te hayan hecho algún comentario positivo, en plan “estás más delgada”, “te veo más fuerte”, “se nota que vas al gimnasio”. A mí me gusta traerme a la memoria los recuerdos de estos momentos, porque tú te ves todos los días y a lo mejor te parece que no progresas, pero otras personas que te ven menos a menudo van a notar más los cambios. Recordando estos momentos adquieres una sensación de progreso que te motiva a seguir esforzándote.
Música motivadora:
Mucha gente se pone su propia música en el gimnasio. A cada uno le gusta más una música u otra, aunque en general la genérica de los gimnasios no suele ser especialmente motivadora por lo que nos llevamos en nuestro MP3 la música que de verdad nos pone las pilas. Yo escucho Heavy Metal (¡nada como levantar pesas con la fuerza de los power chords!), en tu caso será otra música distinta, pero seguramente la tendrás asociada en tu mente al gimnasio (lo que en PNL llamamos anclaje).
Si estás en ese punto en que flaqueas justo antes de ir, ponte esta música. Te traerá recuerdos y sensaciones de estar entrenando y te entrarán más ganas de ir.