En la dieta mediterránea el ajo siempre ha ocupado un lugar preferencial y sus virtudes medicinales fueron confirmadas por Louis Pasteur a finales del siglo XIX. ¿Qué nos queda por saber del ajo?

En la actualidad, se ha confirmado que el ajo incrementa las defensas del organismo, es antiinflamatorio, anticoagulante, vasodilatador y depurador.
Su jugo es un estupendo antiséptico y además ayuda con problemas de hipertensión arterial, protegiendo a la vez el corazón y las arterías.
Hay que saber también que el ajo ayuda a incrementar el nivel de insulina, y algunos estudios han demostrado que beneficia el incremento de serotonina en el cerebro, combatiendo así el estrés y la depresión.
Eso sí, no hay que olvidar que algunas de estas propiedades se pierden si lo consumimos cocido.
MEJOR TOMARLO CRUDO... PESE A TU ALIENTO
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